MANUEL IBARRA SANTOS
La prevención es, por mucho, la mejor herramienta y el más excepcional antídoto contra el delito y la violencia, como ha quedado demostrado a través de la historia. Pero para eso, se requiere darle la importancia necesaria, colocarla en el centro de las políticas públicas e impulsarla como parte de las prácticas culturales de la sociedad civil. Implica también, sin duda, la responsabilidad de superar la simulación en la materia.
Efectivamente es la prevención el instrumento más eficaz en manos del aparato de Estado para coadyuvar a reducir los índices delictivos y las manifestaciones de las diversas expresiones de las violencias que, hoy, afectan a nuestra sociedad.
Tenemos que impedir que se imponga la perversa dinámica de “Gobernar a Través del Delito”, como lo formuló a inicios del presente siglo Jonathan Simon, especialista norteamericano en justicia penal, en su libro publicado en el 2012, bajo ese mismo rótulo semántico.
Y es que gobernar a través del delito (lo afirmó el mismo autor) significa tolerar para que prevalezca la sociedad del miedo, de la impunidad y la cultura de la muerte. A esa tendencia hay que cerrarle el paso.
Desde el siglo XVIII, en su obra “Los Delitos y las Penas” (1764), el filósofo y jurista italiano Cesare Becaria (1738/1794) manifestó que es preferible prevenir que castigar a los delincuentes, porque le resulta más barato y culturalmente más redituable a la sociedad.
No hay de otra: la prevención tiene como fin el bienestar colectivo, el desarrollo humano y social, aumentando los bienes públicos como la salud, la educación, el empleo, la vivienda, la alimentación y los espacios urbanos de calidad, entre otros.
Pero en Zacatecas requerimos trascender de modelos tradicionalistas, represivos, punitivos y exclusivamente de contención policiaca, a paradigmas modernos de prevención social del delito, que pongan el acento en la atención de fondo de los problemas sociales, como lo formuló desde el siglo XIX, en su obra “La Sociología Criminal” (1884), el criminólogo italiano Enrico Ferri.
Es tiempo de que en nuestro entorno se privilegien las políticas modernas de prevención social del delito y se evite que sea ésta el eslabón débil y frágil de los esquemas de seguridad pública.
Para consolidar políticas públicas efectivas de prevención social del delito y la violencia, que trasciendan los espacios burocráticos de la simulación, se requieren al menos los siguientes componentes: 1).-que se le dé importancia presupuestal; 2).-que existan proyectos, propuestas e ideas de vanguardia; 3).-que sea respaldada por la voluntad política; 4).-que se fomente el diálogo plural con la sociedad, porque la prevención reclama del acompañamiento de todos los sectores sociales, para tener éxito; y 5).-que haya coordinación interinstitucional, trans e interdisciplinaria, integralidad y transversalidad.
¿Por qué es importante que se otorguen presupuestos justos a este ámbito? En el 2022, de los apoyos procedentes del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP), la mayoría de las entidades federativas canalizaron a prevención, en promedio, el 25% de ese presupuesto. En Zacatecas sólo fue del 1.5%
El mayor porcentaje de tales recursos federalizados se canalizaron a la adquisición de patrullas, chalecos y equipamiento. Eso no esta mal, pero no está del todo bien, porque de esa forma lo único que se hace es potenciar lo que algunos especialistas denominan como “la geoeconomía de la violencia” o de los negocios privados. Esas inercias se tendrán que modificar y más aún cuando los recursos FASP para Zacatecas se incrementaron en el 2023, en más del 9 por ciento.
Se debe privilegiar, hoy más que nunca, la prevención social del delito, por encima de la simulación, como mecanismo para reducir la incidencia delictiva.
LOS PROYECTOS DE PREVENCIÓN Y EL TRABAJO LEGISLATIVO:
En su oportunidad, con suficiente anticipación, previo a la discusión del Presupuesto de Egresos 2023 para Zacatecas, se envió en diciembre del año pasado a la Legislatura, a través del presidente de la Comisión de Seguridad Pública, una propuesta con más de 10 proyectos de prevención, de los que aquí enumeramos algunos:
1).-Estrategia de prevención de las violencias y las adicciones en escuelas; 2).-programa de redes de mujeres constructoras de paz; 3).-programa de prevención del delito de desaparición forzada; 4).-plan de formación de policías como agentes de paz; 5).-programa de combate a la violencia intrafamiliar y de género; 6).-programa de tecnología de la paz y prevención de la violencia digital; 7).-iniciativa de formación masiva de líderes académicos y sociales por la paz, con el asesoramiento de la UNESCO; 8).- programación de creación de rutas seguras para proteger a los jóvenes; y 9).- programa de formación de capacidades institucionales para el combate del delito y las violencias, entre muchas otras iniciativas.
Lo que nunca jamás supimos es sí las propuestas que enviamos se procesaron en la comisión legislativa respectiva o se quedaron en el archivo de los cínicos recuerdos.
LA PREVENCIÓN, UNA PRIORIDAD.
En Zacatecas prioritario es promover un paradigma moderno de prevención del delito y las violencias. No hay de otra.