MANUEL IBARRA SANTOS.

 

​La implementación del Operativo Enjambre, por la administración federal de la presidenta Claudia Sheinbaum, a través de la secretaría de Seguridad Pública, describe el compromiso firme del Gobierno de la República de actuar para enfrentar y desmantelar a los grupos políticos cómplices de las mafias criminales.

​El Operativo Enjambre, diseñado por Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Pública Federal, se ha planteado como finalidad no sólo combatir a las células criminales, sino también a los grupos políticos, asociados a los cárteles del narcotráfico.

​La aplicación de la iniciativa Enjambre, en una primera etapa, implicó la aprehensión, en el Estado de México, de actores relacionados a todos los partidos políticos, incluyendo al del instituto gobernante, que eran cómplices para la comisión de delitos de los grupos delincuenciales.

​Para lograr sus objetivos, se utilizaron métodos sofisticados de inteligencia e investigación, así como una estrecha coordinación entre todas las corporaciones de seguridad pública de todos los órdenes y niveles de gobierno.

​La ejecución del Operativo Enjambre lanza un mensaje público claro y contundente: el combate a los grupos criminales será firme y sin cuartel y eso significa un giro de 180 grados a las políticas de seguridad pública aplicadas en el sexenio pasado. La iniciativa de “Abrazos y no Balazos”, que fue ineficiente y que dejo ríos de sangre, ha quedado sepultada y superada.

​Por otra parte, a la luz de la exigencia del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, la presidenta Claudia Sheinbaum precisa que en su gobierno el combate a los cárteles del narcotráfico será firme y decisivo.

​Si el programa Enjambre, en su etapa inicial se ejecutó en la geografía del Estado de México, podría dicha iniciativa ejecutarse en otras entidades de la República.

​En qué otros Estados de la Nación se estaría ejecutando la Operación Enjambre. Incluiría, también a Zacatecas, es la pregunta que debemos hacernos.

​Por cierto, la renuncia del subsecretario de Seguridad Pública de Zacatecas, Oscar Alberto Aparicio, mano derecha de Manuel Medina Mayoral, se ha realizado en el contexto de la aplicación del Operativo Enjambre. ¿Coincidencia y/o casualidad?

​Las versiones de que el polémico Oscar Aparicio renunció a su puesto en Zacatecas, fue para aceptar la invitación para convertirse en el secretario de seguridad pública del Estado de Chiapas.

 

​LA “SICILIANIZACIÓN” DEL PODER PÚBLICO.

El concepto de “sicilianización del poder”, lo utilizó por primera vez el escritor, periodista, político y profesor italiano, Leonardo Sciascia (1921/1989) a mediados del siglo 20, para referirse al modelo socio/político dominando por el control de las mafias criminales.

​Leonardo Sciascia es considerado el “mafiólogo” más importante del mundo, que aborda con precisión la influencia de las mafias criminales en el poder político. Y a la inversa: la complicidad de los políticos en la promoción de las células delincuenciales.

​Desarrolló este pensador italiano las investigaciones más acabadas sobre “La Cosa Nostra”, y las influencias de la mafia siciliana en la vida política, social y económica de Italia.

​Sciascia dibuja y pinta con palabras descriptivas lo que era entonces la mafia siciliana y el papel que en ella desempeñaban las familias criminales de la época.

​Leonardo Sciascia expone ilustrativamente “la religión de la familia” y explica el cómo “el poder de las mafias se legitima a partir de los lazos familiares. Desde la familia se construye la resistencia, el abuso y el autoritarismo de las células criminales”, afirmó.

​Entre más sólida y grande era la familia, la resistencia de las mafias criminales perduraba más, precisó en sus estudios Leonardo Sciascia.

​Hoy, la implementación del Operativo Enjambre, ha actualizado el compromiso del Estado para combatir a los grupos políticos vinculados a los cárteles del narcotráfico.


 
 

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