La Ley del Banco de México establece que éste tendrá por finalidades proveer a la economía del país de moneda nacional; procurar la estabilidad del poder adquisitivo de dicha moneda; promover el sano desarrollo del sistema financiero; y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pago, por lo que convierte en un objetivo prioritario mantener una inflación baja y estable en el país.
Para este organismo mexicano de autonomía constitucional, la inflación es un fenómeno que se observa en la economía de un país y está relacionada con el aumento desordenado de los precios de la mayor parte de los bienes y servicios que se comercian en sus mercados.
La inflación es un tema que genera preocupación a los bancos centrales en el mundo porque cuando hay inflación en una economía se incrementa el reto para pagar las deudas nacionales, se eleva el riesgo de las inversiones, y en el largo plazo, la inflación afecta el crecimiento económico de un país.
Para las personas, la inflación afecta en la planeación de los viajes e inversiones, en la distribución de los ingresos debido a la distorsión que hay en los precios de los bienes o servicios, y generalmente, se presenta una pérdida en el poder adquisitivo de las personas, es decir, al subir los precios, el ingreso no es suficiente para comprar lo mismo que antes de dicho incremento si éste permanece constante.
En este sentido, los bancos centrales ante escenarios inflacionarios intervienen para controlar la inflación al realizar ajustes al alza de las tasas de interés. Este fenómeno se ha presentado a nivel global debido a los impactos secundarios durante la pandemia por el encarecimiento de ciertos productos ante la baja de la producción de algunos bienes; y en el periodo post-covid, se debe al aumento de la demanda de los bienes y servicios que se están reactivando.
Asimismo, la invasión de Rusia a Ucrania también ha generado un impacto en el alza de los precios, sobre todo de los combustibles, lo que repercute en los demás precios de bienes o servicios. En el contexto nacional, hemos observado como algunos productos alimenticios han registrado considerables alzas en sus precios, como el limón o el aguacate debido al control y al derecho de piso que ejercen ciertos grupos de la delincuencia organizada y la inseguridad que se vive en diversas zonas del país.
Es por ello, que el Banco de México incrementó su pronóstico de inflación para el segundo trimestre de 2022 al pasar de 6,9% a 7,6% y para el tercer trimestre lo ajusta de 6,1% a 7%. Asimismo, la Reserva Federal de los Estados Unidos anunció el 3 de junio que apoya al menos un par de alzas más de medio punto porcentual en las tasas de interés, como una medida para controlar la inflación.
Sin embargo, los incrementos en las tasas de interés también tienen efectos adversos en las economías familiares y nacionales, pues encarecen los créditos para las personas físicas o empresas, incluidas las hipotecas, automóviles o de las tarjetas de crédito, lo que impacta en la expectativa del crecimiento de las economías del mundo. Estas son decisiones difíciles para las y los dirigentes de los países. Estemos atentos y ante este contexto, cuidemos nuestras finanzas personales.