2019 fue un año de profundos cambios y transformaciones en todas las esferas de la vida pública. Recordemos que a principios de la nueva administración las opiniones se encontraban polarizadas y las expectativas económicas eran contrastantes.

Afortunadamente, durante el primer año de gobierno la economía y la industria de nuestro país se mostraron notablemente sólidas, y se ha pasado de posturas enfrentadas a un clima de respeto en el que aún se mantienen diferencias, pero también existen notables señales de colaboración entre los diversos actores políticos y el sector productivo como el reciente Plan Nacional de Infraestructura, lo cual siempre es favorable para la estabilidad social y el desarrollo de México.

Por supuesto, aún quedan temas pendientes y áreas por mejorar. Si bien la economía del país se mantuvo en un nivel aceptable, con finanzas saludables y una moneda que recuperó terreno frente al dólar, queda mucho por hacer para alcanzar el progreso que todos los mexicanos queremos.

En sus “Perspectivas Económicas Globales 2020”, el Banco Mundial estima que en 2019 la economía de México se mantuvo sin cambios, y para 2020 se espera un crecimiento de 1.2%. En el contexto regional, se estima un avance de 1.8%, y a nivel global 2.5%, por lo que la tendencia generalizada será de crecimiento lento y grandes desafíos.

Las agencias calificadoras han mantenido la nota soberana de México en un nivel de inversiones estables, de alta solvencia y bajo riesgo, aunque sensibles a cambios adversos debido a la coyuntura económica. Esto significa que nuestro país continúa siendo un destino atractivo para las inversiones nacionales e internacionales, pero debe mantener una política fiscal e industrial responsable y sólida que favorezca un crecimiento de base amplia.

En el panorama internacional, la tensión militar entre Estados Unidos e Irán podría desencadenar importantes fluctuaciones en el precio de los hidrocarburos, sin olvidar el alto costo social de la guerra. Un aumento en los precios del petróleo beneficia los ingresos del país, pero afecta los costos de producción y manufactura, por lo que se requieren medidas emergentes capaces de equilibrar esta situación.

Además, el enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China no ha terminado. De acuerdo al Banco Mundial, dicha situación ha permitido un aumento en las exportaciones de México a EEUU. Si a esto añadimos la casi segura ratificación del T-MEC, nuestro país consolidaría su posición como primer socio comercial de Estados Unidos.

Todo indica que 2020 será nuevamente un año de grandes retos, entre los cuales destacan el fortalecimiento de las mipymes de nuestro país y el aumento en el contenido nacional de las compras de gobierno, como ejes fundamentales para consolidar la economía nacional y su impacto social. Estamos convencidos de que esto será posible, ya que ahora se cuentan con mejores bases para colaborar, como un marco de transparencia en el uso y administración de recursos. Trabajando en conjunto y apostando por el talento nacional, en este 2020 será posible impulsar la creación de infraestructura y favorecer el desarrollo de nuevas industrias y cadenas de valor.

*Tesorero Nacional de Canacintra