DRA. ANA RODRÍGUEZ MANCHA, MÉDICA GENERAL, ESPECIALISTA EN HEMATOLOGÍA

En el devenir del día a día las múltiples tareas tanto laborales, académicas, sociales y familiares, el cuerpo humano que sin duda hasta el momento es la maquina perfecta, en una continua y ardua labor de mantener la homeostasis, gracias a las miles de millones de reacciones enzimáticas, la colaboración especializada de células y la liberación circadiana de hormonas es que el organismo logra contrarrestar las vicisitudes diarias, buscando siempre la resiliencia celular. Pero, ¿qué pasa si nos sometemos a estrés constante, una vida acelerada, malos hábitos de sueño, una alimentación altamente procesada pobre en frutas y/o verduras aunado a la poca o nula actividad física?, bueno, la respuesta podría ser obvia: ¡nos levantamos con el pie izquierdo!.

En esta máquina perfecta, el tobillo juega un papel por demás importante pues proporciona estabilidad y flexibilidad en las actividades de la vida diaria, es la conexión entre el cuerpo y la pachamama (madre tierra), quien permite andar, detenerse, correr, saltar, etc. Pero en muchas ocasiones esté par, no son los protagonistas diarios, ya que es imperceptible su función, hasta que das un mal paso y es entonces que se torna prioritario para la salud. La lesión del tobillo es una de las principales causas de atención en el primer nivel de atención y urgencias, ya que el desgarre de los ligamentos imposibilita la bipedestación y la deambulación. Se presenta con más frecuencia en la población adulta económicamente activa entre los 20-40 años, en deportistas de alto rendimiento, igualmente por el uso de tacones, jugadores de baloncesto, o en cualquier actividad que conlleve una eversión y/o inversión del pie, que puede ser producido por una caída, un golpe directo o un movimiento incorrecto del tobillo.

La sintomatología es muy característica y orientativa para la clasificación y manejo, se dividen en 4 grados. El esguince de primer grado se caracteriza por dolor mínimo, con apoyo total del pie al caminar, hay leve edema de tobillo y no hay inestabilidad de la articulación; el segundo grado presenta dolor  moderado, edema, equimosis (moretón), inestabilidad al caminar que genera dolor al apoyar o caminar, el tercero grado se caracteriza por edema y equimosis severa, es incapaz de moverse o apoyar y por último el cuatro grado que algunos ya no lo consideran esguince sino una luxación completa de la articulación, con evidente deformidad, edema y dolor.

Los esguinces grado uno y dos se auto limitan con una serie de acciones que se pueden llevar en casa, lo prioritario es quitar dolor y disminuir el edema, con el único objetivo de proporcionar una movilización temprana y una reincorporación rápida en la movilidad y por ende al campo laboral, académico etc, la piedra angular en el tratamiento consiste en mantener en reposo el tobillo (no caminar o correr), elevar la pierna, colocar hielo por 20 minutos 3 veces al día, un vendaje de compresión media que evite el edema las 72 horas posteriores a la lesión y la terapéutica farmacológica a base de desinflamatorios personalizados expedidos por el médico o médica. En el esguince de tercer grado y la luxación de la articulación es indispensable la revisión por el especialista que según la valoración clínica, pedirá auxiliares diagnósticos para su derivación y tratamiento.  

Aunque los esguinces de tobillo no se pueden prevenir, existen medidas que ayudan a disminuir el riesgo de sufrirlos, algunas recomendaciones es el uso apropiado de calzado en las superficies correctas, por ejemplo si vas a hacer ejercicio usar tenis ideales a la superficie donde piensas entrenar, de preferencia superficies planas, con el calentamiento de la articulación previo al ejercicio, no realizar rutinas que no se conocen o no son supervisadas por los entrenadores y parar cuando te sientas cansado y en tus actividades diarias, si de manera habitual utilizas tacones, se recomienda usar calzado con un tacón de 2 centímetros y no más de 4.5 centímetros, con punta amplia, de preferencia cerrados y que tengan un sistema de broche que facilite la marcha.

Recuerda que al mal paso, darle prisa a la atención con tu médico de cabecera, juntos construimos el camino de la prevención en la salud.


 
 

POST GALLERY