El presidente de México ha citado recientemente la contestación de la escritora Beatriz Aldaco, sobre su columna “José Woldenberg y su definición dogmática de la democracia”.

Esta es una contestación muy clara e inteligente a las afirmaciones que hace el ex presidente del extinto IFE José Woldenberg, en donde él define el éxito de la democracia ligado al éxito “electorero”, no importa el ciudadano, menos el más necesitado o el excluido, lo que importa son los avances en materia electoral.

Hace poco veía dos definiciones contrarias ligadas a la democracia: la de Enrique Krauze que define al populismo como; “régimen de dominación carismática que llega al poder por la vía democrática, para acabar con ella” y la del recientemente fallecido Antonio Helguera que define al neoliberalismo como; “régimen de denominación y saqueo que llega al poder de la vía del fraude y es legitimado por intelectuales orgánicos”.

Si partimos de la idea de José Woldenberg de que los avances en lo electoral fundamentan la verdadera democracia, sin importar “desigualdad social, aumento de la pobreza, bajo crecimiento económico, desempleo, violencia, corrupción” etc. Sería mejor tener un régimen populista que uno neoliberal, porque el neoliberal siempre llega mediante el fraude y nunca busca el bienestar colectivo.

Seguimos en México bajo un control fascista del instituto que debería garantizar las elecciones (y según Woldenberg, la democracia por lo tanto) y a pesar del fraude del pasado 2018, la ciudadanía excluida, venció el algoritmo que realiza el fraude en el Instituto Nacional Electoral.

Hace falta revisar las declaraciones de Lorenzo Córdova alucinando un 71% de ciudadanos que “aman” al INE, el organismo independiente más costoso del gobierno y del mundo, más corrupto, más antidemocrático y discriminatorio, tal y como queda claro en las grabaciones de Lorenzo Córdova, haciendo mofa de un grupo étnico con el que se reunió, no tiene madre.

Pero si queremos estar de acuerdo con José Woldenberg, tal y como lo analiza Beatriz Aldaco y como lo señaló el presidente de México, hemos avanzado en hacer elecciones medio fraudulentas y eso debería de ser suficiente para que los ciudadanos de México en pobreza extrema sintieran la satisfacción de la democracia en lugar de los terribles dolores del hambre y la enfermedad.

Deberíamos de salir a darle las gracias al expresidente del IFE por su valioso trabajo en beneficio de los más desposeídos de México e invitar a los marginados a salir a la calle a tomar bocanadas de democracia neoliberal, para saciar su hambre, de indicarle a sus hijos, cuando pidan de comer, que gracias al IFE y a Lorenzo Córdova ya no hace falta comer, solo sentarse a disfrutar la democracia.

Para poder tener una democracia completa, le pedimos a Lorenzo Córdova y a Ciro Murayama que por favor y si menoscabo de los 20 mil millones de pesos que les damos anualmente, quiten la práctica del fraude en contra de los más necesitados, para poder ahora sí, tener una alimentación completa y bien balanceada.

Es menester entender que solo y solo si se lucha por proteger la equidad de condiciones entre los mexicanos, se estará luchando por la democracia verdadera, con elecciones sin fraudes ni preferencias políticas de los organizadores, el bienestar de TODOS en México debería de ser la prioridad.

Los cuentos que nos traen los “intelectuales” orgánicos, no quitan el hambre, la verdadera democracia si, sigamos luchando para lograr la transformación de México: “Por el bien de todos, primero los pobres”, lo demás, es lo de menos.


 
 

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