Ser reconocido como una empresa ecológica, trae consigo numerosas ventajas, entre ellas está la forma en que mejora la imagen de la marca ante clientes, prospectos, entidades gubernamentales y la comunidad en general. El Greenwashing es una práctica o estrategia de mercadotecnia que emplean algunas compañías, y que consiste en mostrar a la audiencia que son respetuosos con el medio ambiente a la hora de presentar sus productos o sus servicios. Esta estrategia, al fin y al cabo, es un engaño porque en el fondo ni los procesos son respetuosos con el entorno, ni los productos o servicios que ofrecen a su público, tan solo es una forma de vender al público una ‘falsa’ responsabilidad social empresarial que no llega a verse nunca ni en las políticas ni en la cultura de la compañía.
Hay estudios que afirman que el 95,5% sólo engañan al consumidor en su responsabilidad con el medio ambiente y solo el 4,5 % de los productos que nos venden como “verdes” responde realmente a las características que los definen como tal en sus etiquetas o publicidad. Esta cifra dimensiona la magnitud del engaño que se lleva a cabo mediante el greenwashing. Las principales formas de llevar a cabo esta estrategia de marketing son:
El marketing ‘verde’ es el tipo de marketing que se vale del color verde para transmitir a la audiencia compromiso con el medio ambiente. Es la forma que tienen muchas empresas y compañías de conectar con su público más responsable con el entorno. Sin embargo, en muchas ocasiones, el uso del color verde no se corresponde con cambios en las políticas de la empresa o en la cultura, tan solo se apoyan en dicho color y en imágenes de entornos naturales para dar a entender que sí son respetuosos con el medio que nos rodea.
Atacan el subconsciente con estrategias de marketing en las que muestran productos ecofriendly apropiándose de una imagen que no corresponde con la realidad, puesto que normalmente no emplean métodos de producción sostenible. Esta forma de llevar a cabo el Greenwashing está estrechamente relacionada con el marketing “verde” ya que con el uso de este color y de elementos de la naturaleza la compañía intenta atacar el subconsciente de los consumidores haciéndoles creer que en la empresa prevalecen ciertos valores de sustentabilidad.
Destacan innovaciones supuestamente valiosas para el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, estas innovaciones representan una parte muy pequeña y casi insignificante para el cuidado del medio ambiente. Por ejemplo: mientras realizan procesos de elaboración contaminantes, o no reciclan, publican revistas ecológicas, o anuncios, etcétera.
Actualmente hay muchas normativas que obligan a las compañías a cumplir con ciertas leyes que protegen el medio ambiente. Estas empresas pueden anunciarse como ecológicas, sin embargo, lo que único que están haciendo es cumplir con la legislación vigente.
Sí, algunas empresas desvirtúan resultados e incluso mienten en relación a sus políticas medioambientales, utilizando en algunos casos sellos como si estuviesen certificadas en algo que no lo están.
Para evitar caer en engaños, dedica algo de tiempo a investigar a tus posibles proveedores y socios de negocio, los materiales que utilizan, las prácticas ecológicas en sus empresas, entre otros aspectos… después de todo ¿Quién desea involucrarse con un impostor? ¡Las certificaciones por favor! A nivel mundial, existen decenas de organismos dedicados a verificar el impacto de los productos, sus materiales y procesos de fabricación el medio ambiente, mediante rigurosos estándares de calidad. Cuando adquieras un producto que diga ser ecológico, verifica que cuente con al menos una de éstas:
-OK Compost Home. Producto apto para compostaje doméstico.
-DIN CERTCO Industrially Compostable Apto para compostaje industrial
-COMPOSTABLE Avalado por el BPI Biodegradable Products Institute y US Composting Consoul
-FSC (Consejo de Administración Forestal) Garantiza un consumo responsable de madera y
Actualmente en Mèxico, no existe regulación en nuestro país sobre las características con las que debe contar un producto para nombrarse “ecológicos”. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), carece de facultades y capacidades materiales para verificar que, en efecto, se cumpla con los requisitos de biodegradabilidad. Al no haber una legislación, es difícil para el usuario diferenciar los materiales que dicen ser biodegradables y compostables y los que realmente lo son. Desde ParaParle esperamos que este artículo te ayude a diferenciar una empresa ecológicamente responsable y una empresa que tan solo realiza Greenwashing y, sobre todo, que te des el tiempo de investigar cual es el proceso que hay detrás de un producto que consumes y compres tus productos con inteligencia ecológica.