En México nos encontramos en la cuarta semana de la cuarta ola de contagios de COVID-19, esta nueva cepa denominada OMICRON ha demostrado ser más contagiosa que las otras alcanzando niveles nacionales de contagio sin precedentes, la semana pasada se estableció un récord 60,512 personas contagiadas en un día. [1]
Aunado a lo anterior, más de 10 entidades federativas cambiaron de semáforo verde epidemiológico a amarillo, entre ellas se encuentran Zacatecas y la Ciudad de México, ambas derivado de la alta incidencia de casos de contagio y sobre todo a la ocupación hospitalaria.
Lo que ha generado la necesidad de establecer nuevamente medidas de prevención social, por lo que instituciones tanto públicas como privadas disminuyeron sus actividades presenciales, optando nuevamente por el trabajo en casa e incluso la educación a distancia, con el objetivo de disminuir los contagios y evitar la saturación de los servicios de salud.
Si bien, esta es una alerta de salud, la experiencia que se ha tenido desde 2020, es que esto también es una alarma de violencia de género, en los años de pandemia (2020-2021) en Zacatecas se han acumulado 18 feminicidios, además se tiene registro del aumento exponencial de violencia contra las mujeres, pues se tiene registro de mas de 30 mil casos de agresiones hacia las mujeres. [2]
En este sentido, frente a esta nueva ola de contagios y a la necesidad de estar más en casa, es indispensable reforzar las medidas de atención a casos de violencia contra las mujeres, pues recordemos que en los casos de contagios familiares que están surgiendo, muchas veces las víctimas se encuentran obligadas a estar en asilamiento con sus agresores, es por esto que es momento de plantear espacios seguros para ellas tanto en el confinamiento preventivo como durante la enfermedad.
Las recomendaciones para casos leves de COVID-19, es mantenerse asilado en casa en conjunto con las prescripciones médicas, sin embargo, ¿qué pasa cuando te contagias junto con tu agresor y viven en el mismo lugar?, sin duda se convierte en una situación de riesgo para las víctimas.
Es por esto, que desde el aparato gubernamental deben de comenzar a tejerse espacios seguros para las mujeres contagiadas, así como para sus hijas e hijos, con el objetivo de alejarlos del ambiente de dominio total de sus agresores.
Por otro lado, el confinamiento o asilamiento durante la enfermedad leve en casa, implica nuevamente una sobrecarga de trabajos domésticos y de cuidado hacia las mujeres, recordemos que de acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Mujeres, el trabajo en casa no remunerado es realizado en 92% por nosotras.
Es de suma importancia reforzar medidas de sensibilización en estos momentos para lograr la corresponsabilidad de los trabajos de cuidados y domésticos, recordemos las tres erres del trabajo en casa:
· Reconocimiento.
· Redistribución.
· Reducir.
Con estos ejes en casa, evitemos que en esta nueva ola las mujeres sean quien lleve en totalidad la carga de los trabajos domésticos no remunerados, estos se realizan para el beneficio de todas y todos los miembros del hogar, por lo que es responsabilidad de todas y todos.
Finalmente, aprovecho este espacio para recordarles que no bajemos la guardia, la pandemia sigue y los contagios se incrementan, recordemos las medidas sanitarias, pues con ellas juntas y juntos saldremos adelante.
24 de enero de 2022,
M.F. María del Carmen Salinas Flores
Tesorera del Senado de la República
[1] Fuente: Secretaría de Salud, 2022.
[2] Banco de Datos sobre Violencia contra las mujeres, disponible en https://banevim.zacatecas.gob.mx/Banevim/index.php/covid19/#1603305642462-7735b7e8-34fd