En México existen leyes a nivel nacional y local que aseguran la igualdad salarial entre hombres y mujeres, así como la igualdad de oportunidades, en este sentido, pensaríamos que esta ya es una lucha ganada rumbo hacia la igualdad de género.
Sin embargo, la desigualdad entre hombres y mujeres no se elimina por decreto presidencial como comúnmente se dice, esto va mucho más allá se encuentra impregnado en todas las acciones y estructuras sociales, por lo que desafortunadamente las normas se encuentran limitadas si las personas no comenzamos a hacer cambios dentro de nuestras familias, empresas, trabajos y prácticas sociales.
El deporte se encuentra en una lucha constante por el reconocimiento de las habilidades y capacidades de las mujeres, asimismo por la igualdad salarial, desafortunadamente dentro de este ámbito las desigualades suelen ser normalizadas y pasan desapercibidas ante los ojos de todos y todas.
Un ejemplo desafortunado de esto, es lo sucedido hace un par de semanas en Zacatecas, en donde se lanzó una convocatoria “élite” para corredores y corredoras, hasta aquí pareciera todo en condiciones de igualdad, pues se abrieron mismas categorías tanto para hombres como para mujeres, sin embargo, había un fuerte acto de discriminación en la premiación.
De acuerdo a la convocatoria que mencionamos se destinaba al primer lugar de 5000 metro varonil la cantidad de $7,500.00 pesos, y para la misma categoría para mujeres el primer lugar bajaba hasta los $3,500.00 pesos, es decir, que a pesar de hacer el mismo esfuerzo, tener el mismo lugar en la misma carrera, las mujeres merecíamos menor retribución, como su nosotras corriéramos esos cinco mil metros con menor calidad o peor aún si el esfuerzo realizado por las corredoras valiera menos.
Esto ocasionó un escándalo dentro de las deportistas, quienes alzaron la voz y pidieron que se igualarán los premios, estas acciones fueron justificadas como que se trataba de “algo que se hace normalmente”, así como que “no contaban con los recursos necesarios para dar premios de igual cantidad a las mujeres”.
Estos mensajes solo nos dejan claro que la discriminación en las mujeres deportistas esta normalizada y que se prefiere pagar mejor a un hombre antes que igualar las condiciones para ambos, si bien después de fuertes reclamos de las participantes se cambiaron los montos de los premios, esto es un foco rojo dentro del deporte, pues deja claro que aún tenemos fuerte trabajo por hacer.
El deporte se ha empeñado en ponernos en un segundo plano, lo mismo pasa con los sueldos de las futbolistas o podríamos hacer este estudio por cada una de las disciplinas consideradas “para hombres”, ¿pero por qué?, esto solamente castiga a las mujeres que se han esforzado por incursionar en estas ramas del deporte.
El esfuerzo de las mujeres dentro de los deportes vale lo mismo que el de los hombres, no podemos dar un paso atrás en esta materia, los salarios desiguales dentro de este ámbito son desorbitantes y se justifican por razones de utilidades que la o él deportista pueden o no ofrecer a las empresas patrocinadoras.
El camino hacia la igualdad es retador para todas, pues implica siempre ver más allá de “lo normal”, alzar la voz frente a las injusticias, organizarnos como mujeres para hacer frente a estas situaciones, es por esto que extiendo un abrazo sororo a todas aquellas deportistas que alzaron la voz frente a estas condiciones desiguales, e invito a todas y todos en no quedarnos callados frente a este tipo de casos.
15 de agosto de 2022,
M.F. María del Carmen Salinas Flores
Tesorera del Senado de la República