El pasado 20 de octubre se abrió la mesa de discusión en el Poder Legislativo sobre la iniciativa, que tenía como fin establecer la tasa cero de IVA a todos aquellos artículos de higiene menstrual, este debate sin duda nos hace mirar uno de los grandes tabús sobre las mujeres “la menstruación”.

 


La exposición de motivos de esta iniciativa expone que las mujeres aportan 3 mil millones de pesos anuales en impuestos de artículos de higiene menstrual, considerándolo parte de una legislación fiscal que impone cargas extras a las mujeres derivadas de un proceso natural, en este sentido se propuso la modificación del artículo 2, inciso A de la Ley del Impuesto al Valor Agregado para incluir todos estos productos dentro de la tasa cero buscando reducir así los precios en el mercado.

 


Este proceso biológico, al que nos enfrentamos las mujeres mes con mes alrededor de 40 años de nuestras vidas implica un tema de salud pública, pero que no se ha tomado como parte de las estrategias de intervención estatal, debido a todos los mitos que se generan a su alrededor.

 


Tan sólo la apertura del debate es ya un gran paso para desmitificar este tema de salud, en este sentido, existen diversas aristas que se pueden abrir al diálogo, que van desde normalizar este proceso biológico logrando su apertura, por otro lado, desde la esfera laboral se busca el reconocimiento de los dolores menstruales como incapacitantes, otros argumentos incluso desde la ecología que buscan cambiar el uso de toallas sanitarias por copas menstruales.

 


A su vez, es parte esencial la de desvanecer los estigmas culturales relacionados con la menstruación, algunos de ellos buscan esconder un proceso biológico y natural, otros se sitúan en el extremo de no nombrarlo haciendo uso de expresiones que sólo generan más mitos sobre un proceso natural, no se trata de algo trivial, al contrario, es desmitificar tabúes sobre los cuerpos de las mujeres y colocarlos en donde deben de estar en la salud pública del país.

 


Este dialogo integral al que nos estamos adentrando, sin duda alguna tendrá grandes repercusiones positivas para dejar de lado el tabú y lograr visualizarlo como un tema de salud pública, es por ello, que en estas líneas buscaré abonar a esta temática, pero con un enfoque financiero; en consecuencia, tendríamos que analizarlo desde dos grandes esferas: las finanzas personales y las finanzas públicas.

 


Desde las finanzas personales se observa que las mujeres cuentan con gastos diferenciados a los hombres, los gastos mensuales en toallas, compresas, copas menstruales, son parte de los gastos rutinarios que las mujeres deben de contemplar en su planeación mensual presupuestal. 

 


Si realizamos un análisis más profundo se observa que las mujeres enfrentan mayores gastos en el transcurso de su vida, afectando sin duda sus finanzas, además, enfrentan una brecha salarial y laboral, es decir deben de gastar más con menores ingresos. 

 


Por otro lado, en el mundo de las finanzas públicas el IVA en los productos de higiene femenina es el impuesto que se cobra dado que no son considerados dentro de aquellos del consumo básico de la población, es por ello que algunas posturas dentro de este debate lo han considerado una carga fiscal discriminatoria hacia las mujeres. 

 


En este sentido, se observa cómo incluso las finanzas públicas del país deben de estar permeadas por la perspectiva de género, pues hasta hace muy poco estos impuestos nunca habían sido sujetos de discusión alguna, así es que una vez abierto este debate no debemos dejarlo fuera de la agenda de gobierno, al contrario es un paso importante para avanzar en materia de igualdad y normalizar la menstruación sin tabúes, buscando más y mejores maneras de abordar este tema de salud pública y de finanzas.  

 


La estrategia que desde el estado decida utilizarse para abordar este tema sin duda será de avanzada para la igualdad de género, si bien esta iniciativa aún no es aprobada la discusión continua; las nuevas propuestas para su seguimiento serán parte de la reconfiguración de un país caminando hacia la igualdad de género.  

 


Finalmente, celebro la decisión del Poder Legislativo al aprobar la tasa cero para productos de higiene menstrual, pues sin duda es un gran paso hacia construir finanzas públicas desde la perspectiva de género.