Por la Dra. Ana Rodríguez Mancha, Médica general, Especialista en Hematología
Desde el año 1988, la organización Mundial de la Salud (OMS), estableció que cada 19 de Octubre se conmemoraría el día mundial contra el cáncer de mama, una lucha internacional donde diversas instituciones de salud, educación y gobierno se conjuntan para llevar acciones al unísono, con el único objetivo de concientizar a la población sobre la importancia de esta enfermedad y su detección temprana. Una enfermedad que ha impactado de manera considerable a la sociedad, dicha organización presentó una iniciativa contra este tipo de cáncer, donde se busca reducir la mortalidad mundial en un 2.5% anual, al cumplirse este objetivo se podrá evitar 2.5 millones de muertes entre 2020 y 2040.
La estadística actual reporta que el 99 % de los casos afecta a las mujeres, lo que se traduce que cerca de 1 de cada 100 casos reportados de cáncer de mama será en hombres, por lo que no se considera una patología exclusiva de la mujer. Actualmente existen campañas permanentes, la mayoría enfocada en la población diana que es la mujer, pero se ha dejado a un lado la prevención primaria en los hombres, que aunque no sea una enfermedad común, el diagnóstico se hace de manera tardía y en etapas avanzadas, dejando pocas opciones en el tratamiento y una esperanza de vida reducida.
El pilar primordial de la prevención primaria consiste en detectar aquellos factores de riesgo que pudieran en determinado momento desencadenar dicha enfermedad, en los hombres sobre todo después de los 50 años, se debe buscar intencionadamente si cuenta con carga genética para cáncer de mama, es decir: si mamá, hermanas, abuelas o tías han presentado la enfermedad por mutaciones genéticas principalmente en los genes BRCA1 y BRCA2, ya que el riesgo se duplica si la historia en familiares de primer grado es positiva. La terapia hormonal sustitutiva a base de estrógenos, es un factor de riesgo inminente, actualmente utilizados para la transición hormonal de las mujeres transgénero (persona que nació con el sexo masculino, pero se identifica con el género femenino) y en el pasado se utilizó como tratamiento para el cáncer de próstata en los hombres, esta dosis externa de la hormona femenina, puede desencadenar cáncer si el hombre presenta receptores estrogénicos positivos.
La obesidad y el sobrepeso influyen en la aparición de la enfermedad, por la alta afinidad de las células cancerosas por los adipocitos (Célula que almacena grasa), esto provoca un periodo largo de inflamación, niveles altos de insulina y aumento en las hormonas sexuales de predominio femenino. Otros factores de riesgo como la criptorquidia (testículo no descendido en la bolsa escrotal), la radioterapia, enfermedades hepáticas como la cirrosis y el síndrome de Klinefelter que es una afección genética poco frecuente en la que un hombre tiene un cromosoma X extra en el material genético, pueden ser un factor de riesgo para presentar cáncer de mama.
Culturalmente las mujeres y mucho menos los hombres no fueron educados para explorar (tocar) su cuerpo, por lo que la detección sigue siendo un reto importante, algunas veces se puede palpar una bolita por atrás del pezón, inflamación local, cambios de coloración, textura diferente y secreción o hundimiento del pezón. De ahí la importancia de concientizar a hombres que cuenten con factores de riesgo, sobre la herencia genética que representa, disminuyendo el impacto en futuras generaciones como sus hijos e hijas, se recomienda autoexploración de mama de forma mensual, así como un estilo de vida saludable que involucre una dieta baja en carbohidratos y lípidos, actividad física de forma constante de preferencia 150 minutos por semana, suspender tabaco y alcohol, evitar la obesidad y sobrepeso. Nadie debería enfrentar al cáncer de mama sola o solo, acude con tu médico para mayor orientación, juntos hacemos la prevención.