Año 2006. Han pasado dos años desde que Mel Gibson sorprendió al mundo con el estreno de La pasión de Cristo, un film que con los años se volvería un referente y clásico del cine cristiano y religioso. Con este precedente, era lógico pensar que el director estadounidense traería otro relato relacionado a Dios, pero —lejos de querer contar lo que sucedió tras la resurrección de Jesús o de volver a poner sobre la mesa asuntos divinos—, contra todo pronóstico, Gibson decidió presentarle a la audiencia un drama histórico y de aventura salvaje completamente hablado en maya llamado Apocalypto.

Dirigida y coescrita por Gibson, una de las cosas que destacó al film fue su elenco compuesto por actores nativoestadounidenses e indígenas mexicanos, entre ellos Rudy Youngblood y Raoul Trujillo. Similar a la anterior obra de Gibson, el diálogo del film se presenta en una versión modernizada de yucateco maya, la lengua indígena del contexto de la película. Este proyecto marcó la última dirección de Gibson hasta su regreso en 2016 con “Hasta el último hombre”, con la que volvería hacer historia.

Ambientada en el seno de la región de Yucatán, México, durante el amanecer del siglo XVI, el largometraje narra el épico recorrido de Garra de Jaguar, un joven cazador perteneciente a los últimos días de la era mesoamericana, junto a sus compañeros de tribu. Tras ser despojados de su aldea por un grupo de invasores en una época marcada por el ocaso de la civilización, son conducidos a través de un trayecto lleno de peligros hasta llegar a una urbe maya, donde están destinados al sacrificio humano.

Tras su estreno, la película, que tuvo un presupuesto de 40 millones de dólares, logró una notable recaudación al superar los 120 millones de dólares a nivel global. Asimismo, fue objeto de numerosas críticas positivas que destacaron la habilidad de Gibson en la dirección, la cinematografía realizada por Dean Semler y la interpretación de los actores.

Aunque su éxito en taquilla y recepción crítica fue mejor de lo esperado, el film no logró escapar de la controversia y de un par de anécdotas que generaron tanto una reacción positiva como negativa. Desde una escena que puso en peligro de muerte a un actor, hasta una polémica sobre cómo la película retrató a la civilización maya y se dio ciertas licencias en su precisión histórica.

El jaguar real que persiguió al protagonista
Entre los numerosos desafíos enfrentados durante la filmación, Gibson reveló que la secuencia en la que un jaguar negro persigue al protagonista, interpretado por Rudy Youngblood, no se utilizó un animal construido en CGI o cualquier efecto especial, sino que fue una fiera real la que salió a cuadro.

El actor se jugó la vida por lograr conseguir lo que Mel quería en pantalla. La hazaña, aunque sumamente peligrosa, terminó quedando tal y como el director se lo había imaginado.

Al hablar sobre la presencia real del felino, el cineasta estadounidense explicó lo siguiente: “El jaguar era completamente salvaje. No se les puede adiestrar. La gente pensaba que esa cosa no estaba en la toma. Pensaron que lo habíamos puesto después, pero en realidad estaba persiguiendo al tipo”.

Por supuesto, no se trató de una escena donde no hubiese medidas de seguridad. Por más peligrosa que fue llevarla a cabo, Mel aclaró que en todo momento el felino “llevaba una correa, una cuerda, y se le podía poner freno si era necesario”, por lo que, si algo salía mal, el animal podía ser controlado.

Polémica por racismo
Si bien, Apocalypto supuso un gran éxito para Gibson, también se enfrentó a significativas controversias tras su lanzamiento, siendo acusada de racista en más de una ocasión tanto por el público como organizaciones importantes.

En Guatemala, activistas y líderes comunitarios indígenas criticaron fuertemente el film, argumentando que este presentaba una imagen estereotipada y peyorativa de la civilización maya. Según ellos, las representaciones de mayas con cicatrices y practicando sacrificios humanos contribuían a una visión racista y ofensiva de su cultura.

“Gibson interpreta, (...) una ofensiva y racista noción de que los mayas eran brutales entre ellos mucho antes de la llegada de los europeos y por ende merecían -de hecho, necesitaban- rescate”, criticó Ignacio Ochoa, director de la Fundación Nahual, que promueve la cultura maya.

La controversia se extendió hasta el punto de que autoridades indígenas en Guatemala solicitaron al gobierno la censura de la película, argumentando que promovía una imagen negativa y distorsionada de su sociedad. “Pareciera que la película tiene como objetivo presentar una sociedad colmada de desvalores y autodestrucción”, precisó el comisionado presidencial contra la Discriminación y el Racismo, el líder indígena guatemalteco, Ricardo Cajas.

Acusaciones de plagio
Por otro lado, el director mexicano Juan Mora Catlett acusó a Gibson de plagio, alegando que Apocalypto contenía escenas sorprendentemente similares a las de su película Retorno a Aztlán, rodada en 1989. Catlett afirmó que, después de que la productora de Gibson solicitara una copia de su film, sólo recibió una compensación mínima.

Catlett contó al diario Reforma que todo esto lo consideró un robo dado el respaldo financiero de compañías como Walt Disney detrás del proyecto. “Me pidió un casete de mi película, yo le dije ‘Sí, toma, te lo regalo’, y me dijeron ‘Te lo tengo que pagar’, y me dio como 100 pesos”, declaró el cineasta.

Pese a las acusaciones de plagio, el film se ganó el reconocimiento de figuras notables de Hollywood. Robert Duvall la consideró “Quizás la mejor película que he visto desde hace 25 años”. Asimismo, Quentin Tarantino la calificó de “obra maestra”, y Martin Scorsese admiró la película por “su franqueza” y la “fuerza de su realización”. Edward James Olmos, por su parte, expresó que fue “posiblemente la mejor película que he visto en años”, quedando “alucinado”.

Incluso, Spike Lee la incluyó en su lista de películas esenciales de todos los tiempos en 2013. En México, Apocalypto atrajo un mayor número de espectadores que El perfume: historia de un asesino y Rocky Balboa, superando estrenos destacados como Titanic y Poseidón, con encuestas del periódico Reforma mostrando que el 80% de los mexicanos encuestados calificaron la película de “muy buena” o “buena”.


 
 

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