La promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de transformar el sistema de salud mexicano hasta alcanzar un estándar comparable al de Dinamarca ha sido un tema de esperanza y escepticismo para muchos. Pese a la promesa de que se lograría este objetivo para marzo, el sistema de salud en México aún enfrenta desafíos significativos.

Durante su conferencia de prensa matutina el 21 de noviembre de 2023, el presidente López Obrador destacó dos iniciativas significativas para mejorar el sistema de salud del país: anunció la implementación de la Megafarmacia del Bienestar, que inició operaciones el 29 de diciembre de 2022, y proclamó que, a partir del 1 de marzo de 2024, México contaría con el sistema de salud “mejor que el de Dinamarca”, posicionándolo como el líder mundial en esta área.

Sin embargo, el sistema de salud mexicano se caracteriza por su estructura mixta que incluye instituciones públicas ―como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad; los Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); y el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi)―, así como los privados, están muy lejos de ofrecer un sistema de salud de primer mundo.

Y es que a pesar de los esfuerzos por mejorar el acceso y la calidad de la atención sanitaria, el sistema de salud mexicano enfrenta retos importantes como la insuficiencia de personal médico, particularmente en áreas rurales y marginadas, desabasto de medicamentos, y una infraestructura a menudo insuficiente que lucha por satisfacer las necesidades de una población en crecimiento.

El modelo de Dinamarca
En contraste, Dinamarca ostenta uno de los mejores sistemas de salud a nivel mundial, caracterizado por su eficiencia, universalidad y alto grado de satisfacción ciudadana. Este sistema se fundamenta en la financiación pública a través de impuestos, garantizando acceso gratuito a la mayoría de los servicios médicos para todos los residentes.

La atención médica en Dinamarca se organiza en un sistema descentralizado, donde la responsabilidad del cuidado de la salud recae en gran medida sobre los gobiernos municipales y regionales. Esto promueve una gestión cercana y sensible a las necesidades locales, asegurando que los recursos se utilicen de manera eficaz.

Comparar directamente ambos sistemas revela diferencias notables. Por un lado, el modelo danés destaca por su enfoque preventivo y la inversión en atención primaria, lo que resulta en uno de los niveles más altos de esperanza de vida en Europa. Por otro lado, México lucha con la fragmentación de su sistema, variabilidad en la calidad del servicio y barreras económicas y geográficas que impiden el acceso universal a la atención.

Todos los residentes en Dinamarca tienen derecho a recibir atención médica sin costo adicional, lo que incluye consultas médicas, tratamientos hospitalarios y en algunos casos, medicamentos recetados. El sistema se divide en servicios de atención primaria, ofrecidos por médicos generales, y servicios de atención secundaria, proporcionados por hospitales.

Además, el país cuenta con un alto nivel de digitalización en su sistema de salud, facilitando la gestión de citas, recetas electrónicas y el acceso a historiales médicos personales. Dinamarca invierte significativamente en la investigación y desarrollo en el sector salud, lo cual se refleja en la alta calidad y eficiencia de los servicios médicos disponibles para la población.

Críticas en redes sociales
Tras cumplirse la fecha prevista, los usuarios de las redes sociales y opositores del gobierno de la llamada Cuarta Transformación no hicieron esperar sus críticas.

“¡Qué nervios! ¡En unas horas seremos Dinamarca en salud! dijo @lopezobrador_”, escribió a través de su cuenta de X (antes Twitter) el periodista Joaquín López Dóriga; mientas que Carlos Loret de Mola recordó que no sólo fue esa la promesa, sino también que la refinería de Dos Bocas ya estaría funcionando y, hasta la fecha, esto tampoco ha ocurrido.


 
 

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