Siendo el tema de la inseguridad un problema multicausal y multifactorial y que por supuesto obedece a varios elementos que en muchas ocasiones se entrelazan unos con otros y que son los facilitadores o detonantes que dan como resultado los motivos para cometer una conducta tipificada como antisocial o delito, la oportunidad para ello y los medios propicios para realizarlo lo que nos da la triada del delito, dichos elementos están presentes desde el micro hasta el macro, es decir que se presentan desde la localidad más pequeña hasta las grandes urbes del orbe. De lo anterior dirimimos que el problema de la inseguridad que sin duda nos lleva a la necesidad imperiosa de la prevención de la violencia y la delincuencia no es nuevo en nuestros días pues esta entropía ha acompañado al hombre desde el momento primigenio de su existencia y por supuesto el tema de la inseguridad ha sido motivo de infinidad de debates y análisis tanto locales como internacionales, así como incontables teorías desde diferentes ramas de la ciencia como las criminológicas, sociológicas, jurídicas etc. sobre lo que detona el delito su desarrollo y claro está todo lo que encierran las conductas antisociales y la perpetración de los delitos.
Y es en el plano internacional que en este esbozo nos referimos al Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (UNODC) quien adoptó en 1995 y 2002 las Directrices relativas a la prevención, dichas Directrices son para la cooperación y la asistencia técnica en la esfera de la prevención de la delincuencia urbana (resolución del Consejo Económico y Social 1995/9) y las Directrices para la prevención del delito (resolución del Consejo Económico y Social 2002/13). Junto con otras resoluciones más recientes, subrayan el hecho de que las estrategias de prevención del delito deben marchar al compás de la reforma de la justicia penal. (UNODC, 2011/2). En todas ellas se hace hincapié en la necesidad de que la prevención vaya de la mano con reformas de seguridad y justicia penal y que es indispensable que el plan de acción sea integral, además de que se enfoque en problemas locales (a partir de diagnósticos) y se realice en colaboración con agentes sociales, políticos y económicos escuchando a los distintos actores involucrados.
En nuestros días, el tema de temas como lo es la inseguridad que trata de ganar terreno al buen abordaje para lograr una seguridad ciudadana adecuada, está directamente vinculada con el desarrollo humano, el respeto a los derechos humanos y el bienestar social de las comunidades. Por lo que para la UNODC la prevención del delito se refiere a “las estrategias y medidas encaminadas a reducir el riesgo de que se produzcan delitos y sus posibles efectos perjudiciales para las personas y la sociedad, incluido el temor a la delincuencia es decir la percepción que tienen la propia sociedad respecto a cómo percibe el tema de la inseguridad, e igualmente a intervenir para influir en sus múltiples causas y factores predisponentes, dicho enfoque se centra tanto en la prevención social como en la situacional, lo que implica la investigación, el diagnostico, la identificación, la atención y posterior intervención, para identificar y reducir los distintos factores de riesgo que propician los distintos tipos de criminalidad y victimización, de igual forma analizar las situaciones que propician o favorecen estas conductas y sobre todo la posibilidad de intervenir sobre ellas, lo que nos lleva a la conclusión que los proyectos, programas, protocolos, y acciones serán distintos y con diferentes niveles de gestión y objetivos, en donde sin duda la coparticipación entre los distintos actores como los políticos, económicos y por supuesto la sociedad en particular son piezas fundamentales para logras el éxito en cualquier desarrollo de política pública que este orientada a los temas de prevención de las conductas antisociales y del delito.